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Hola viajante perdido.

Mi único propósito aquí es auto aprender, como con casi todo que me gusta en esta vida, a colocar bien las comas y los puntos y a superar el terror del bolígrafo rojo de las tachaduras de los señores maestros. Una lucha no ganada desde mis años mozos. Parece que las siga viendo aún en mis escritos.
He pasado muchos años sin escribir ni una linea y a ver que ocurre. Espero dejar algo de mi personalidad en todos estas frases conectadas entre si por un motivo, no aburrirme demasiado en mis horas muertas.

lunes, 21 de julio de 2008

CONVERSACIONES CON CUPIDO.


Hiendo yo caminando por el cielo, me encontré con Cupido. No era tal como yo lo imaginaba. Estaba gordo, en baja forma, las alas alopécicas y el arco lo había lanzado en la primera papelera que en el paraíso había encontrado. Cabizbajo y deprimido andaba arrastrando los pies levantando nueves por donde transportaba su penosa figura.
- ¡Cupido, Cupido! - Le grité. -¿Se acabó tu jornada laboral?.
- ¡Jornada laboral.....! me replicó alargando la frase hasta morir en su pensamiento. - He pillado la baja por depresión. Estoy pasando unos días en el paraíso para olvidar mis achaques que no me permiten sacar los resultados que se me exige. El arco lo he lanzado porque las flechas son incapaces de clavarse en el tejido humano. He perdido la forma, y la puntería me abandonó antes que el pelaje de mis alas. Estas, ya no podían elevar mi cuerpo y escoger la mejor posición para ser mas certero con el tiro.
- Eso no puede ser Cupido, tu misión en la tierra es crucial para la evolución del hombre.
- El hombre, menudo ser se ha vuelto. Acabaran ellos mismos con su especie sin ayuda de nadie. Igualmente el mundo seguirá sin amor. Además el efecto de mis flechas cada vez iban perdiendo su efecto y duración.
- Claro Cupido, la tecnología militar ha avanzado mucho, las flechas quedaron hace tiempo obsoletas. Tú necesitas una ametralladora del amor.
- Lo pensé. Pero se necesitan tiros únicos y certeros para este trabajo. Con una ráfaga indiscriminada podríamos causar daños irreparables en multitud de individuos a la vez. ¡Catastrófico!, ¡Catastrófico!
- Lo sé, lo sé. Tengo que recriminarte ciertas cosas de tu trabajo en lo que referente a mi se refiere.
- No sigas, no sigas. Aquello que te pasó no fue culpa mía. Denuncié el robo del arco. No fui yo quien disparó contra ti y ella. Debes creerme. De todos modos, por ser tu primer amor tampoco estuvo mal ¿no?. Además te viene bien porque muchas veces he disparado certeramente y tu no supiste seguir con la parte que te tocaba.
- Bueno si…. Ya sabes las dudas, todas esas preguntas que me hice. Imaginando lo que pasaría, como acabaría aquello que aun no había empezado. Dudas. No tendrás flechas contra eso ¿no?.
- Bueno. Yo no lo llamaría flechas.

Entonces Cupido saco una especie de martillo y me golpeo la cabeza con él. Realmente funcionó, No me quedó la menor duda desde entonces. Cupido estaba fatal y le costaría mucho reponerse. El mundo seguiría por un tiempo sin rumbo Y el amor............ Que haga todo el mundo lo que pueda. Cupido esta de baja.

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