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Hola viajante perdido.

Mi único propósito aquí es auto aprender, como con casi todo que me gusta en esta vida, a colocar bien las comas y los puntos y a superar el terror del bolígrafo rojo de las tachaduras de los señores maestros. Una lucha no ganada desde mis años mozos. Parece que las siga viendo aún en mis escritos.
He pasado muchos años sin escribir ni una linea y a ver que ocurre. Espero dejar algo de mi personalidad en todos estas frases conectadas entre si por un motivo, no aburrirme demasiado en mis horas muertas.

lunes, 21 de julio de 2008

Cuento para no despertar.

Hoy tuve un sueño en el que andaba por la calle en solitud y esa sensación no me gustaba. Al igual que a mi, le pasaba a la persona que en mi dirección también paseaba. En el sueño empezábamos a hablar sin conocernos de nada, charlábamos de nuestras cosas, de cualquier cosa, sin pensar que es lo que el otro pensaría de su vida. Sin caer en la cuenta de que podíamos ser juzgados porque el oyente tuviera una vida mas plena. Hablar por hablar, para que el camino fuera menos pesado y más llevadero. En ese sueño se nos unían gente que al igual que nosotros llevaban esa misma dirección y la misma inquietud de compañía les invadía. Alguno que cruzaba en dirección opuesta nos seguía también, postergando así la llegada a su casa. Algunos nos dejaban, pues ya habían llegado a su destino. Con naturalidad se despedían, sabiendo que otro día las vidas nos volverían a juntar, pues muchos mas caminos había por hacer. Nos cruzábamos con grupos de gente a anónima que sin ninguna pretensión se daba calor sincero de amistad. La palabra raza no existía, pues lo mas normal era ser diferente. De colores dos iguales no habían, ni suficientes palabras para describirlos. Alguien nombró la palabra Ley, y con extrañeza todos lo miramos. ¿Ley? Nos preguntábamos. Sonar me suena. Pero que significa Ley. Nadie sabía su significado, pues todo estaba en orden y el mal no existía. El propietario de esa palabra no obstante quiso explicarse. La ley sirve para castigar el mal, afirmó. ¿El mal? ¿Que tiene de malo hacer algo mal?. Si se hace algo mal se rectifica y ya está. No había ningún problema en equivocarse, pues quien se equivocaba, al contrario, era ayudado por los demás. Reírse del error no era admisible y era mirado extrañamente. Alguien dijo que Ley eran unas reglas que se utilizaban para definir lo que se podía hacer y lo que no, pero que fueron desapareciendo, porque al final todo el mundo por la nueva naturaleza del ser humano iba en la misma dirección. Antiguamente lo que unos pocos infringían con alevosía, repercutían de una manera estricta para todo el mundo. La desobediencia era medida de la misma manera sin distinción. Hasta que un sentimiento de compartir y de no estar solo se extendió de norte a sur y de este a oeste como la sombra en la tierra de un eclipse al ocultar la cara radiante del sol. A alguien se le antojó de que cada uno digera una palabra de la cual no se supiera el significado. Se dijo: codicia, deuda, intimidar, rechazo y no se porque pero a cada palabra se dibuja en la cara de cada uno una extraña sonrisa parecida a la ingestión de un liquido amargante. Andando, andando llegue a mi destino y como habían hecho anteriormente los demás, un hasta pronto me separó del sequito que se iba perdiendo en la lejanía repitiendo palabras extrañas.

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